Las muertes a causa del COVID-19 en Estados Unidos están disminuyendo, así como las hospitalizaciones, y los casos nuevos diarios están a punto de registrar menos de 100.000 por primera vez en dos meses, indicios de que el repunte del verano está cediendo.
De todas formas, las autoridades y los empleadores buscan endurecer los requisitos de vacunación para no perder lo que se ha logrado.
La ciudad de Los Ángeles implementó el miércoles una de las exigencias más estrictas en el país para verificar que la gente esté vacunada, medida que requerirá que todos los que quieran ingresar a un bar, a un restaurante, a un salón de belleza, al gimnasio o asistir a un partido de los Lakers muestren prueba de vacunación. La ciudad de Nueva York y San Francisco tienen medidas similares.
Esta semana, el gobernador de Minnesota solicitó pruebas diagnósticas de coronavirus y que la vacunación sea obligatoria para los profesores y los trabajadores de sitios de cuidados a largo plazo. En Nueva York, una orden de inoculación a nivel estatal para todos los trabajadores de hospitales y casas para ancianos será ampliada el jueves para incluir a los empleados que asisten a personas que requieren cuidados en su domicilio y a los de hospicios.
En todo el país, las muertes diarias han descendido casi un 15% desde mediados de septiembre y actualmente promedian unas 1.750. Los casos nuevos han bajado a poco más de 103.000 al día en promedio, un descenso del 40% en las últimas tres semanas.
El número de estadounidenses hospitalizados con COVID-19 ha bajado en aproximadamente una cuarta parte desde su punto máximo más reciente de 94.000 pacientes registrado hace un mes.
“Lo que estamos viendo es lo que hemos visto en los tres repuntes anteriores”, dijo la doctora Marybeth Sexton, especialista en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory. “Lo que debemos recordar es que, cuando vemos que esos números disminuyen, no es una señal para aflojar. Es una señal para luchar más”.
Si la gente deja de portar mascarillas, de respetar las medidas de distanciamiento social y de vacunarse, “en el invierno podríamos estar de nuevo con el quinto repunte”, comentó.
Los descensos han sido particularmente agudos en varios estados del sureste de Estados Unidos, donde los casos han disminuido más del doble de rápido que en todo el país. Luisiana, Misisipi, Alabama y Arkansas han visto reducido su número de casos a la mitad en las últimas dos semanas.
No está del todo claro qué pudo haber causado el descenso, aunque los expertos de salud señalaron que las cifras están bajando conforme más personas se vacunan y los gobiernos y empresas implementan nuevos requerimientos de vacunación.
La disminución en las cifras de casos también podría deberse a que el virus se está quedando sin personas susceptibles de infectarse en algunos lugares.