El gobierno de Estados Unidos extendió el miércoles el cierre de sus fronteras terrestres con México y Canadá para viajes no esenciales hasta, por lo menos, el 21 de agosto.
El anuncio del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus iniciales en inglés) se produjo dos días después de que el gobierno canadiense anunció que empezaría a permitir el ingreso de ciudadanos estadounidenses totalmente vacunados a Canadá a partir del 9 de agosto, y a los viajantes del resto del mundo a partir del 7 de septiembre.
El DHS había anunciado el lunes restricciones de ingreso en su frontera con México. En la frontera sur, los ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales han podido trasladarse entre ambas naciones sin mayor dificultad.
De momento se desconoce si la decisión de Estados Unidos afectará de alguna manera a las medidas del gobierno canadiense.
Personas en Estados Unidos y Canadá han presionado por la reapertura de la frontera para reanudar el flujo económico de visitantes y turistas entre ambas naciones.
Al hacer el anuncio, Estados Unidos destacó que los niveles de vacunación en Estados Unidos y Canadá han ido en aumento, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés) redujeron el nivel de riesgo de COVID-19 en ambos países de “muy elevado” a “elevado”.
“Considerando el brote y el contagio continuo y propagación de COVID-19 dentro de Estados Unidos y a nivel mundial, el secretario (de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas) ha determinado que el riesgo de contagio continuo y propagación del virus relacionado con el COVID-19 entre Estados Unidos y Canadá representa una amenaza específica actual a la vida humana y a los intereses nacionales”, indica el anuncio de la dependencia.
El gobernador de Nueva Hampshire, el republicano Chris Sununu, dijo el miércoles que la decisión de Estados Unidos de prolongar el cierre era “absurda”.
“Perjudica a nuestros pequeños negocios y a nuestras familias, y no está apegado a la ciencia”, declaró en un comunicado. “Canadá ha anunciado que abrirá sus fronteras a los estadounidenses que estén totalmente vacunados, y es momento de que Estados Unidos haga lo mismo”.
Al inicio de la pandemia en marzo de 2020, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá restringieron los viajes terrestres no esenciales a lo largo de sus más de 8.800 kilómetros (5.500 millas) de frontera compartida, aunque los canadienses han podido trasladarse vía aérea a Estados Unidos siempre que presenten una prueba diagnóstica de COVID-19 con resultado negativo. Hasta la decisión del gobierno canadiense anunciada el lunes, ambas naciones habían extendido el cierre de sus fronteras cada mes.
El comercio transfronterizo entre Estados Unidos y Canadá no ha resultado afectado por los cierres.
La Asociación de Viajes de Estados Unidos calcula que cada mes que la frontera permanece cerrada tiene un costo de 1.500 millones de dólares. Las autoridades canadienses informaron que el país recibió a cerca de 22 millones de visitantes extranjeros en 2019, y alrededor de 15 millones de ellos provenían de Estados Unidos.