La frontera entre Estados Unidos y México está catalogada como el cruce por tierra más peligroso del mundo, según la Organización Internacional para las Migraciones. Si bien las detenciones de migrantes en esa frontera han disminuido en lo que va del año, la cifra de fallecimientos ha aumentado en esa misma región.
El gobierno de México reporta un marcado descenso en las detenciones diarias en la frontera, más del 70 por ciento desde diciembre del 2023. Entre tanto, la migración irregular se elevó un 193 por ciento interanual tan sólo en la primera mitad del año, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria.
El jefe de División de Atención a Migrantes del Consejo Estatal de Población en Chihuahua, Dirvin Luis García, asegura que “La tendencia de movilidad hacia esa política de contención lo que va generando es que se abran caminos alternos y muchas veces más inseguros en el tránsito”. Y es que las barreras y vigilancia se han multiplicado en la frontera, con mallas metálicas, alambre de púas y gran cantidad de agentes armados.
La vigilancia extrema en el Paso, Texas, por parte de la patrulla Fronteriza y la Guardia Nacional, ha obligado a los migrantes a tomar rutas alternas altamente peligrosas.
Según el Instituto Fronterizo Esperanza, son 174 migrantes fallecidos en lo que va de 2024 al intentar cruzar el desierto o el río, cifra mayor que en 2023, cuando se contabilizaron 113 personas sin vida hallados por agentes en zonas cercanas a la línea fronteriza.
“Pero es solo la cifra oficial, sabemos que muchas personas nunca se van a poder encontrar porque mueren en zonas muy remotas, en el desierto, o se pierden en el río y nunca encontramos sus cadáveres, entonces el número real es doble o triple”, dijo al diario Milenio Dylan Corbett, director ejecutivo del Instituto Fronterizo Esperanza.
Asimismo, las condiciones climáticas extremas han provocado muchas muertes de migrantes, pues la mayoría no está acostumbrado al frío intenso ni al calor y falta de agua que pasan durante su recorrido en el desierto, que les provoca deshidratación, una de las principales causas de decesos.
Aunado a esto, los “polleros” transportan a los migrantes dentro de cajas de camiones de carga, en condiciones infrahumanas, como han demostrado las detenciones registradas por la Patrulla Fronteriza en El Paso o en el estado mexicano de Chihuahua.