Beryl tocó tierra a primera hora del viernes en la costa caribeña de México, cerca de la turística localidad de Tulum, como huracán categoría 2 tras dejar un rastro de destrucción en el Caribe oriental.

Tulum es un enclave muy turístico, situado situado 130 kilómetros (80 millas) al sur de Cancún, el principal destino de la costa caribeña de México.

Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, se espera que Beryl se debilite mientras cruza la península de Yucatán para salir por el Golfo de México con mucha menos fuerza —-posiblemente como tormenta tropical—.

Luego volverá a intensificarse después en las cálidas aguas del Golfo y volverá a impactar en territorio mexicano, al noreste del país, cerca de Texas, una zona que hace un par de semanas fue afectada por las fuertes lluvias de la tormenta tropical Alberto.

Beryl, que fue la tormenta que más pronto se convirtió en huracán de categoría 5 en el Atlántico, sembró la destrucción en Jamaica, San Vicente y las Granadinas y Barbados en los últimos días.

Poco después de tocar tierra, los vientos máximos de Beryl habían disminuido a 160 kilómetros por hora, según el Centro de Huracanes de Estados Unidos.

Las autoridades mexicanas habían trasladado a algunos turistas y residentes fuera de las zonas bajas de la península de Yucatán antes de que tocara tierra, pero decenas de miles de personas se quedaron para resistir los vientos y la marejada ciclónica prevista. Gran parte de la zona de Tulum se encuentra a escasos metros sobre el nivel del mar.

La ciudad quedó sumida en la oscuridad cuando la tormenta la dejó sin electricidad a su llegada a la costa. El chirrido de los vientos hizo saltar las alarmas de los automóviles por toda la ciudad.

Tulum, que en antaño era un pueblo tranquilo y apacible, ha experimentado en los últimos años un auge de desarrollo desenfrenado y ahora cuenta con unos 50.000 habitantes permanentes y al menos el mismo número de turistas en un día normal. El centro turístico tiene ahora su propio aeropuerto internacional.