Muchos habitantes de Florida abandonaron la región de la bahía de Tampa el martes antes de lo que podría ser un impacto directo del huracán Milton, mientras cuadrillas de trabajadores laboraban para evitar que los muebles, electrodomésticos y otros restos empapados que dejó el paso de la última tormenta en el estado se conviertan en proyectiles letales.
Tales preparativos representaban la última oportunidad para que millones de personas en el área metropolitana de Tampa se alisten para mortales marejadas ciclónicas, vientos feroces y posibles tornados en un sitio que por generaciones ha evitado un golpe directo de una tormenta de categoría 3 o mayor.
“Hoy es el único día para prepararse”, dijo Craig Fugate, exdirector de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), que anteriormente dirigió la división de operativos de emergencia del estado. “Esto trae de todo”.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que el estado desplegó más de 300 camiones que para el martes por la tarde habían retirado 1.300 pilas de escombros que dejó el paso del huracán Helene hace poco. En Clearwater Beach, Nick Szabo pasó un segundo día recogiendo pilas de colchones y sillones mojados, así como paneles de yeso, luego de ser contratado por un residente local ansioso por ayudar a limpiar los caminos y poco dispuesto a esperar a los abrumados contratistas de la ciudad.