El papa Francisco no acudió a la tradicional procesión del Viernes Santo en el Coliseo de Roma para proteger su salud, informó el Vaticano, en una decisión de último momento que se suma a las preocupaciones sobre su frágil estado durante un periodo litúrgico especialmente ajetreado.

Se tenía previsto que el pontífice presidiría la procesión del vía crucis, en la que se recrea la pasión de Cristo y su crucifixión, y elaboró las meditaciones que se leen en voz alta en cada estación. Pero cuando el evento estaba a punto de comenzar, el Vaticano anunció que Francisco lo estaba viendo desde sus aposentos en la Santa Sede.

“Para conservar su salud, ante la perspectiva de la vigilia mañana y la misa del domingo de Pascua, el papa Francisco seguirá el vía crucis en el Coliseo esta noche desde la Casa Santa Marta”, señaló la oficina de prensa del Vaticano en un comunicado.

Aunque Francisco tampoco acudió al evento en 2023 porque se estaba recuperando de una bronquitis y era una noche especialmente fría, su decisión de última hora de quedarse en casa este año dejó entrever que sus planes habían cambiado repentinamente.