El papa Francisco, el arzobispo que encabeza la Comunión Anglicana y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia denunciaron el domingo la criminalización de la homosexualidad y dijeron que los gays deberían ser acogidos con beneplácito por sus iglesias.

Los tres líderes cristianos se pronunciaron sobre los derechos de las personas LGBTQ durante una conferencia de prensa conjunta sin precedentes a su regreso de Sudán del Sur, donde participaron en una peregrinación ecuménica de tres días para tratar de impulsar el proceso de paz en el joven país.

Se les preguntó por los recientes comentarios de Francisco a The Associated Press, en los que declaró que las leyes que criminalizan a los gays son “injustas” y que “ser homosexual no es un crimen”.

Sudán del Sur es uno de los 67 países que tipifican como delito la homosexualidad, 11 de ellos con la pena de muerte. Los defensores de la comunidad LGBTQ dicen que, incluso allí donde estas leyes no se aplican realmente, contribuyen a crear un ambiente de acoso, discriminación y violencia.