Un equipo de expertos en desastres de Estados Unidos se encuentra en Haití para evaluar “los daños y necesidades” del país caribeño tras el terremoto que afectó a la empobrecida nación este sábado y que ha dejado, de momento, 227 muertos y cuantiosos daños materiales.
Así lo anunció este sábado la administradora de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de Estados Unidos (Usaid, en inglés), Samantha Power, designada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para coordinar la respuesta al sismo de magnitud 7,2 en Haití.
“Nuestros expertos ya están sobre el terreno, evaluando los daños y las necesidades (tras el terremoto). Estamos actuando urgentemente para responder”, escribió Power en su cuenta oficial de Twitter.
Ni Power ni la Usaid aclararon inmediatamente si sus expertos volaron este sábado a Haití o se encontraban ya en el país cuando se produjo el sismo, y tampoco dieron detalles sobre el tamaño o la composición del equipo.
Biden autorizó este sábado una “respuesta inmediata de Estados Unidos” al terremoto en Haití y nombró a Power como ” la alta funcionaria estadounidense encargada de coordinar este esfuerzo”, anunció la Casa Blanca en una breve nota.
El mandatario dio esa orden después de recibir información sobre el sismo, que le proporcionaron vía videoconferencia el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el asesor de seguridad nacional del mandatario, Jake Sullivan.
El terremoto, que también se sintió en la República Dominicana y Cuba, se registró a las 08.29 hora local (12.29 GMT) a unos 12 kilómetros de la localidad de Saint-Louis du Sud, con un epicentro de 10 kilómetros de profundidad, de acuerdo con el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
Al sismo le siguió una réplica de magnitud 5,2 a 17 kilómetros de la localidad de Chantal, también con un epicentro de 10 kilómetros de profundidad.
El USGS asignó al terremoto de magnitud 7,2 una alerta roja en su escala de daños humanos, que significa que “es probable que haya un alto número de víctimas y es probable que el desastre afecte a una zona extensa”, indicó en su página web.
“En el pasado, otros eventos con este nivel de alerta han requerido una respuesta de nivel nacional o internacional”, advirtió.
La agencia también emitió una alerta roja en cuanto a los daños materiales resultantes del terremoto, y calculó que las pérdidas económicas podrían equivaler a “entre el 6 % y el 60 % del PIB de Haití”, el país más pobre de América.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA, en inglés) emitió una alerta de tsunami que posteriormente levantó, al determinar que había pasado la amenaza de que se produjera ese fenómeno caracterizado por olas gigantes.
El terremoto tuvo una intensidad ligeramente superior al sismo de magnitud 7 que en enero de 2010 dejó 300.000 muertos, igual cantidad de heridos y 1,5 millones de damnificados en Haití.