Mientras gobiernos internacionales evacuaban de Sudán a cientos de diplomáticos y otros ciudadanos, los sudaneses buscaban con desesperación el lunes formas de escapar del caos, entre el temor a que los dos generales rivales del país pudieran incrementar su lucha de poder una vez se completaran las evacuaciones.
Muchos sudaneses, así como egipcios y otros extranjeros que no consiguieron embarcar en vuelos, emprendieron el largo y peligroso viaje por carretera a la frontera norte con Egipto.
“Viajamos 15 horas por tierra bajo nuestro propio riesgo”, indicó Suliman al-Kouni, un estudiante egipcio, en el paso fronterizo de Arqin con Egipto. Autobuses con cientos de personas hacían fila en el remoto cruce desértico. Al-Kouni era uno de las docenas de estudiantes egipcios que hicieron el viaje. “Pero muchos de nuestros amigos siguen atrapados en Sudán”, señaló.
El destacado cineasta sudanés Amjad Abual-Ala escribió en Facebook que su madre, hermanos y sobrinos “están en la carretera de Sudán a El Cairo hacia Asuán”, una ciudad en el sur de Egipto.
Los combates proseguían en Omdurman, una ciudad separada por el Río Nilo de la capital, Jartum, según residentes, a pesar del alto el fuego anunciado para coincidir con los tres días de celebraciones del Eid al-Firt, que ponen fin al mes sagrado islámico del Ramadán.
Más de 420 personas, incluidos 264 civiles, han muerto y más de 3.700 han resultado heridas en los enfrentamientos entre las fuerzas armadas sudanesas y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido. Los choques impedían llegar a muchas víctimas y la cifra real de bajas podría ser mayor.
Aunque la violencia continuaba, los dos bandos redujeron los enfrentamientos lo suficiente para que una serie de aviones militares internacionales aterrizara en la zona de Jartum y se llevara a ciudadanos extranjeros a partir del domingo.
El éxodo comenzó el domingo de madrugada, cuando las fuerzas especiales estadounidenses entraron y salieron de Jartum en helicópteros para evacuar al personal de su embajada.
Francia trasladó a casi 400 personas, incluidos ciudadanos de 28 países, en cuatro vuelos a la cercana nación africana de Yibuti. Un avión Hercules C-130 de la fuerza aérea holandesa voló de Sudán a Jordania el lunes de madrugada con personas de distintas nacionalidades, incluidos holandeses. Por el momento Alemania había realizado tres vuelos para llevar a más de 300 personas a Jordania.
Italia, España y Grecia también llevaron en total a un centenar de personas más, entre sus ciudadanos y personas de otros países.
Parecía probable que las evacuaciones continuaran si la situación de los combates lo permitía. Aunque las autoridades estadounidenses dijeron que era demasiado peligroso para organizar una evacuación coordinada por el gobierno de miles de particulares estadounidenses, otros países trabajaban para sacar a sus ciudadanos que querían marcharse.
El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo a la prensa en Luxemburgo el lunes que la operación de evacuación había sido exitosa y trasladado a más de 1.000 personas.
Tenemos que seguir presionando para una resolución política. No podemos permitirnos que Sudán, que es un país muy poblado, implosione, porque tendría consecuencias en toda África”, dijo. Antes tuiteó que había hablado con los comandantes rivales para instar a un alto el fuego.
Sin embargo, por el momento el jefe del ejército, el general Abdel-Fattah Burhan, y el líder de las RSF, el general Mohammed Hamdan Dagalo, parecían decididos a pelear hasta el final. Miles de sudaneses habían huido de Jartum y otros lugares, según agencias de Naciones Unidas, aunque millones de personas seguían refugiadas en sus casas entre explosiones, disparos y saqueos sin suministros adecuados de comida, electricidad o agua.
Los generales rivales llegaron al poder tras un alzamiento prodemocrático que provocó la caída del autócrata Omar al-Bashir en 2019. En 2021, los generales unieron fuerzas para tomar el control del país en un golpe militar.