Un terremoto de magnitud 7,7 sacudió Tailandia y la vecina Myanmar el viernes al mediodía, causando la muerte de al menos tres personas en Bangkok y sepultando a un número indeterminado tras el derrumbe de un edificio en construcción. El gobierno birmano declaró un estado de emergencia generalizado.
Al temblor del mediodía, con epicentro cerca de Mandalay —la segunda ciudad más grande de Myanmar— le siguió una fuerte réplica de magnitud 6,4.
El gobierno militar de Myanmar declaró el estado de emergencia en seis regiones y estados, incluyendo la capital, Naipyidó, y Mandalay. Sin embargo, en un momento en que el país está sumido en una prolongada y sangrienta guerra civil, no estaba claro cómo llegaría la ayuda a muchas regiones.
La Cruz Roja informó que la caída de cables eléctricos está dificultando aún más el arribo de sus equipos a las regiones de Mandalay y Sagaing, así como al estado sureño de Shan.
“Los primeros informes desde el terreno dejan entrever que el terremoto ha causado daños significativos”, declaró la Cruz Roja. “Aún se está recopilando información sobre las necesidades humanitarias”.