Altos funcionarios estadounidenses, incluido el secretario de Estado Antony Blinken, estuvieron en México el miércoles para conversar con funcionarios mexicanos sobre el tráfico de drogas y una crisis humanitaria en la frontera sur de Estados Unidos.

A Blinken se unirán el fiscal general Merrick B. Garland y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. La delegación estadounidense se reunirá con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.

La reunión se produce en un momento de creciente tensión entre las dos naciones. Estados Unidos se encuentra en medio de una epidemia de adicción a los opioides que se cobra más de 100.000 vidas cada año. La mayoría de las muertes son atribuibles al fentanilo, un potente narcótico traficado a través de la frontera por los cárteles de la droga con sede en México.

Al mismo tiempo, la frontera sur de Estados Unidos enfrenta una avalancha diaria de migrantes, a menudo miles, que utilizan a México como punto de partida para sus esfuerzos por ingresar a Estados Unidos, ya sea ilegalmente o para solicitar asilo como refugiados.

El doble problema ha llevado a algunos líderes políticos estadounidenses a pedir medidas agresivas, y varios candidatos republicanos a la nominación presidencial abogan por una intervención militar.