Grupos progresistas que buscan reconectar con los votantes latinos están enfatizando las dificultades económicas y destacando la agenda de deportación masiva del presidente Donald Trump en un esfuerzo por recuperar apoyo en lugares donde el líder republicano hizo avances.
La campaña digital y de campo de 1,4 millones de dólares está liderada por un fondo de donantes demócratas respaldado por una red progresista llamada Way to Win, que se lanzó después de la victoria de Trump en 2016. El esfuerzo del Valiente Action Fund está diseñado para conectar con votantes en Arizona, Georgia, Nevada, Nueva Jersey, Carolina del Norte y Texas, convenciéndolos de que las promesas económicas de Trump se han quedado cortas mientras que sus tácticas de inmigración van demasiado lejos.
Tory Gavito, estratega demócrata y presidenta de Way to Win, afirma que los grupos están tratando de hablar con los hispanos “en cuanto a su experiencia completa” sobre la vivienda y el costo de vida sin ignorar las controversiales medidas anti-inmigración, incluyendo el uso de helicópteros y agentes químicos en Chicago.
“Lo de Chicago debería ser más que un llamado de alerta”, declaró Gavito. “Esta administración está utilizando medidas extremas para distraer del hecho de que la vivienda sigue siendo demasiado cara, nuestro alquiler sigue siendo demasiado caro”.
Trump ha prometido remover a millones de personas de Estados Unidos en el programa de deportación más grande en la historia estadounidense. Gavito dice que la campaña de Trump logró crear la imagen de una “escasez de recursos” y culpar a los inmigrantes por quitar empleos. Algunos votantes fueron persuadidos, dijo, porque quieren “acceso a una economía próspera”.
Ya hay señales de que la represión de la inmigración de Trump podría impactar el mercado laboral de Estados Unidos. Un informe de julio del Brookings Institution y el American Enterprise Institute, de tendencia conservadora, encontró que la pérdida de trabajadores extranjeros significará que el crecimiento mensual de empleos podría ser casi cero o negativo en los próximos años.
A nivel nacional, los votantes hispanos se inclinaron significativamente hacia Trump en la última elección, aunque la mayoría aún apoyó a la demócrata Kamala Harris: el 43% de los votantes hispanos a nivel nacional votaron por Trump, frente al 35% en la elección presidencial de 2020, que perdió. Los votantes hispanos en Texas y Florida se inclinaron por un margen igualmente grande hacia Trump. Hubo ligeros cambios hacia él en Nueva Jersey, Nueva York y Arizona y no hubo cambios significativos en Nevada o Georgia.
Los operativos y estrategas demócratas han estado aconsejando a los candidatos que se centren en los bolsillos de los votantes para revertir la tendencia.
La operación de campo de los grupos progresistas implica asociarse con grupos locales para tocar puertas y tener conversaciones más largas con los votantes hispanos sobre sus preocupaciones y para reunir apoyo para iniciativas específicas.