El candidato presidencial Bernardo Arévalo hablaba de pie ante centenares de habitantes de esta pequeña comunidad indígena ubicada en las cuestas del volcán de Agua para decirles que podrían ser las semillas de una primavera más brillante y más libre de corrupción en Guatemala.

La metáfora encaja perfectamente con su partido político, el Movimiento Semilla, y permite al académico y exdiplomático, de 64 años, hablar largamente sobre temas de renovación y crecimiento.

Pero también alude a la “primavera democrática” de Guatemala, considerada un periodo más incluyente en la historia del país durante la presidencia de su padre, Juan José Arévalo, en la década de 1940 y principios de la de 1950.

Bernardo Arévalo obtuvo apenas 11% de la votación en la primera ronda de los comicios presidenciales, el 25 de junio, pero eso le bastó para lograr sorpresivamente en el segundo lugar y disputar la segunda vuelta el 20 de agosto.