Los hondureños abarrotaron este martes la sala de un tribunal federal en Nueva York donde su expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022) enfrentará juicio el próximo año, a quien gritaron “narcotraficante” y otros epítetos.

Hernández, que asistió a la audiencia con un uniforme caqui de prisionero, enfrentó hoy la segunda audiencia tras ser extraditado el pasado abril, acusado de tráfico de cocaína y posesión de armas pesadas, cargos de los que se declaró no culpable.

Tan pronto Hernández entró a la sala, ciudadanos hondureños, -que habían aguardado pacientemente frente a la sala del juez Kevin Castel que preside el caso- le gritaron al exmandatario, que no volteó para mirar y que pasó la mayor parte del tiempo con los audífonos puestos.

Tal vez no escuchó a quien le dijo “Así te quería ver, pide perdón delincuente por todo el daño que le hiciste”, o al que dijo “Arrepiéntete, acabaste con el país”.

El exmandatario, de 54 años, detenido en la cárcel federal en el condado de Brooklyn, fue acusado por el Gobierno de EE.UU de tres delitos cometidos entre 2004 y 2022: conspiración para la importación de cocaína, posesión de ametralladoras y armas pesadas y conspiración para la posesión de dicho armamento, acusaciones que pueden costarle la cadena perpetua.

El juicio está previsto que comience el 24 de abril de 2023, pero su abogado Raymond Colón cree que esa fecha “se puede extender debido a la evidencia voluminosa” que la defensa debe evaluar.

Colón dijo al juez Castel -que también presidió el juicio contra el excongresista Antonio “Tony” Hernández, hermano de Juan Orlando- que la fiscalía omite información exculpatoria sobre su cliente.