Un equipo de inspectores de las Naciones Unidas viajó el miércoles hacia la planta nucleoeléctrica de Zaporiyia, en Ucrania, en una peligrosa y largamente buscada misión para salvaguardar el emplazamiento y evitar una catástrofe por los combates que se libran a su alrededor.
Para destacar el peligro, Kiev y Moscú volvieron a acusarse mutuamente de atacar la zona que rodea el complejo durante la noche. Zaporiyia es la planta nucleoeléctrica más grande de Europa.
Los combates de principios de marzo provocaron un breve incendio en su complejo de entrenamiento y, en los últimos días, la planta quedó temporalmente fuera de servicio por los daños sufridos, lo que aumentó el temor a una fuga de radiación o a una fusión del reactor. Las autoridades han comenzado a distribuir pastillas de yodo a los residentes de la zona.
El complejo ha sido ocupado por las fuerzas rusas pero dirigido por ingenieros ucranianos desde los primeros días de la guerra, que comenzó hace seis meses. Ucrania alega que Rusia utiliza la planta como escudo, almacenando allí armas y lanzando ataques desde sus alrededores, mientras que Moscú acusa a Ucrania de disparar imprudentemente contra el lugar.
Durante meses, mientras se desarrollaban los combates, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica ha intentado acceder a la planta, y los mandatarios de diversos países han exigido que se permita al organismo inspeccionarla.
El convoy de camionetas de la ONU partió finalmente de Kiev a primera hora del miércoles y llegó por la tarde a la ciudad de Zaporiyia, todavía a unos 120 kilómetros (70 millas) por carretera de la planta. Las autoridades ucranianas dijeron que el equipo pasaría la noche en la ciudad e intentaría ingresar a la planta el jueves.
El director del OIEA y de la misión, Rafael Grossi, dijo que el “verdadero trabajo” comenzará el jueves. Subrayó los retos que tiene por delante.
“Es una misión que pretende evitar un accidente nuclear y preservar esta importante —la mayor, la más grande— planta nucleoeléctrica de Europa”, señaló.
Dijo que la visita inicial durará unos días, tras los cuales “tendremos una idea bastante clara de lo que está pasando”. Grossi comentó que había recibido “garantías explícitas” de Rusia de que los 14 expertos podrán realizar su trabajo.