Junto a documentos gubernamentales sumamente secretos, los agentes del FBI que allanaron la finca del expresidente Donald Trump en Florida encontraron docenas de carpetas vacías marcadas como clasificadas pero vacías y sin explicaciones de qué podrían haber contenido, según un inventario más detallado del material incautado que fue dado a conocer el viernes.
Los agentes también hallaron más de 10.000 documentos del gobierno no marcados como secretos que también habían sido guardados por Trump.
El inventario compilado por el Departamento de Justicia revela en términos generales el contenido de 33 cajas incautadas de la oficina de Trump y un cuarto de almacenamiento en Mar-a-Lago durante el allanamiento del 8 de agosto. Aunque no describe el contenido de los documentos, el inventario revela el grado al que información confidencial —incluyendo material ultrasecreto— estaba guardada en cajas en la mansión mezclada con periódicos, revistas, ropa y otros objetos personales.
Además, las carpetas vacías suscitan dudas de si el gobierno ha recuperado todos los documentos confidenciales que Trump conservó tras dejar la Casa Blanca.
El inventario deja ver claramente por primera vez la cantidad de documentos no secretos que Trump conservaba en la finca, a pesar de que los registros presidenciales debían haber sido entregados a la agencia Archivos Nacionales y Administración de Documentos. Durante meses, los Archivos Nacionales habían tratado infructuosamente que Trump los devolviera, y luego se pusieron en contacto con el FBI tras localizar información secreta en un lote de 15 cajas que recibieron en enero.
El Departamento de Justicia ha dicho que no había un lugar seguro en Mar-a-Lago en el cual guardar secretos de Estado, y ha iniciado una investigación penal sobre el hecho de que se encontraran allí y lo que dice fueron intentos en los últimos meses de obstruir la pesquisa. También investiga posibles infracciones a otra ley que penaliza la mutilación u ocultamiento de documentos del gobierno, sean secretos o no.
Los abogados de Trump no respondieron de momento a un correo electrónico el viernes solicitándoles sus comentarios. Taylor Budowich, vocero del exmandatario, dijo que el allanamiento del FBI fue un “robo relámpago”, aunque el Departamento de Justicia había recibido un permiso judicial para buscar en lugares específicos de la mansión.
























