Irán rechazó el domingo negociar directamente con Estados Unidos sobre su programa nuclear, pese a las amenazas del presidente Donald Trump de bombardear el país si no se llega a un acuerdo.

“No tendrían sentido negociaciones directas con una parte que constantemente amenaza con usar la fuerza (…) y cuyos diferentes funcionarios expresan posiciones contradictorias”, afirmó el sábado el ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi, en declaraciones publicadas el domingo por su ministerio.

“Pero seguimos comprometidos con la diplomacia y estamos listos para intentar el camino de las negociaciones indirectas”, agregó.

Las potencias occidentales, lideradas por Estados Unidos, llevan décadas acusando a Irán de querer dotarse de armas nucleares.

Teherán, sin embargo, rechaza estas acusaciones y afirma que sus actividades nucleares solo tienen fines civiles.

Trump envió el mes pasado una carta a los líderes iraníes pidiendo negociaciones sobre su programa nuclear. Pero al mismo tiempo, amenazó con bombardear la República Islámica si fracasa la diplomacia e impuso sanciones adicionales contra el sector petrolero iraní.

Irán y Estados Unidos, estrechos aliados durante la monarquía de los Pahlavi, no mantienen relaciones diplomáticas desde 1980, un año después de la Revolución Islámica.

Ambos países intercambian información indirectamente a través de la embajada suiza en Teherán. El Sultanato de Omán y Catar desempeñaron también un papel de mediador en el pasado.

– “¿De qué sirve amenazar?” –

La carta de Donald Trump fue entregada a Irán a través de Emiratos Árabes Unidos.

Trump afirmó el jueves que preferiría mantener “negociaciones directas” con Irán.

“Es más rápido y se entiende mucho mejor al otro bando que si se pasa por intermediarios”, argumentó el presidente estadounidense.

Los iraníes “querían intermediarios” pero “no creo que ese siga siendo el caso”, añadió Trump a bordo del avión presidencial Air Force One.

“Si se quiere negociar, ¿de qué sirve amenazar?”, preguntó el sábado el presidente Pezeshkian, elegido el año pasado con la promesa de reanudar el diálogo con las potencias occidentales. El objetivo es obtener una suavización de las sanciones que permitirá reactivar la economía.

En 2015, Irán concluyó un acuerdo con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Rusia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido) y Alemania para supervisar sus actividades nucleares.

El texto preveía una flexibilización de las sanciones a cambio de una supervisión de las actividades nucleares iraníes.

Pero en 2018, Donald Trump retiró a su país del acuerdo durante su primer mandato y restableció las sanciones. En represalia, Irán se distanció del texto y aceleró su programa nuclear.

Irán no busca dotarse del arma nuclear, pero “no tendrá otra opción” que hacerlo si es atacado por Estados Unidos, advirtió el lunes Ali Larijani, un consejero del líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Ali Jamenei.