Israel bombardeó objetivos en la sobrepoblada Rafah en la madrugada del viernes, horas después de que funcionarios del gobierno de Estados Unidos y agencias de ayuda advirtieran en contra de la ampliación de sus operaciones terrestres a la ciudad del sur de Gaza, donde se han refugiado más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes del enclave.
Los ataques aéreos registrados durante las primeras horas del viernes alcanzaron dos edificios residenciales en Rafah. En el centro de la Franja se bombardearon otros dos lugares, incluyendo un jardín de infantes reconvertido en albergue para palestinos desplazados. En total, fallecieron 22 personas, según reporteros de The Associated Press que vieron llegar los cadáveres a los hospitales.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el jueves que la conducta israelí en la guerra — provocada por el letal ataque transfronterizo de Hamás el 7 de octubre — era “desmedida”. Fue la crítica más dura hasta la fecha de Washington a su aliado, y una muestra de la preocupación por el aumento de las víctimas civiles en Gaza.
El Ministerio de Salud de Gaza, gestionado por Hamás, dijo el viernes que la cifra total de palestinos muertos en la guerra se acercaba a los 28.000, de los cuales alrededor de dos tercios eran mujeres y mejores. El conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes.