El ejército israelí pulverizó la Franja de Gaza con bombardeos, prepara una posible incursión terrestre y anunció el jueves que su asedio contra el territorio —que ha dejado a civiles palestinos buscando desesperadamente alimentos, agua, combustible y medicinas— se mantendrá hasta que los combatientes de Hamas que gobiernan el territorio liberen a los cerca de 150 rehenes que fueron tomados cautivos durante el ataque del fin de semana.

Una visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, junto con envíos de armas estadounidenses, fueron una poderosa luz verde para que Israel siga adelante con sus represalias contra Gaza tras el mortífero ataque de Hamas en Israel, pese a que grupos grupos de ayuda internacional advirtieron sobre el empeoramiento de la crisis humanitaria.

Israel ha frenado todo el envío de de artículos de primera necesidad y electricidad para el diminuto enclave de 2,3 millones de habitantes e impidió la entrada de suministros provenientes de Egipto.

”No se activará ni un solo interruptor eléctrico, ni un solo grifo se abrirá y no entrará ni un solo camión de combustible hasta que los rehenes israelíes regresen a casa”, sostuvo el ministro de Energía israelí, Israel Katz, en las redes sociales.