Líderes indígenas de toda la Amazonía están instando a los presidentes sudamericanos que se reúnen en Bogotá esta semana a convertir las promesas en acciones concretas, afirmando que esta reunión puede ser la primera vez en la conferencia que se sienten cara a cara con los jefes de Estado para exigir un papel en la configuración del futuro de la selva tropical.

La Quinta Cumbre Presidencial de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, que comienza oficialmente en la capital colombiana el martes, reunirá a líderes y representantes indígenas y científicos. La agenda incluye foros públicos, eventos culturales y reuniones de alto nivel, culminando el viernes con una “Declaración de Bogotá” conjunta que establecerá prioridades regionales sobre protección ambiental y política climática.

Grupos indígenas de las ocho naciones amazónicas emitieron un comunicado el lunes por la noche, calificando a la selva tropical como un salvavidas del mundo que proporciona alrededor de una quinta parte del agua dulce del mundo y actúa como uno de los mayores sumideros de carbono del planeta, absorbiendo grandes cantidades de dióxido de carbono que atrapa el calor. Dijeron que décadas de deforestación, minería, perforación de combustibles fósiles y agricultura a gran escala han empujado a la región hacia un punto de no retorno.

Entre sus demandas se encuentran la protección legal de las tierras indígenas, el reconocimiento de sus comunidades como tomadores de decisiones oficiales dentro del organismo del tratado, y la prohibición de nuevos proyectos de petróleo, gas y minería en la selva tropical. También proponen un grupo de trabajo sobre una “transición justa” —un cambio hacia energías más limpias y lejos del carbón, petróleo o gas natural— y un observatorio para rastrear amenazas contra los defensores del medio ambiente.