El director de la fiscalía general de Kenia ordenó el martes que 95 personas de una secta apocalíptica sean acusadas de asesinato, homicidio culposo, radicalización, crueldad y tortura infantil, entre otros delitos, por la muerte de 429 presuntos feligreses.
El director Mulele Ingonga respondió a la presión de un magistrado del condado costero de Kilifi, que dijo al ministerio que acusara a los sospechosos en un periodo de dos semanas o la corte los iba a dejar en libertad.
Desde los arrestos en abril, los fiscales habían pedido a la corte permiso para mantener detenidos al líder de la iglesia Paul Mackenzie y a otras 28 personas mientras revisaban el caso que conmocionó a los kenianos con el descubrimiento de fosas comunes y afirmaciones de hambruna y estrangulación.
El magistrado principal Yousuf Shikanda rechazó la última solicitud para mantener detenidos a los sospechosos por otros 60 días, señalando que había dado tiempo suficiente para completar las investigaciones.