Las llamadas políticas “santuario” para inmigrantes no sólo hacen ciudades y condados más seguros, sino que representan un ahorro de más de $100 millones de dólares para combatir el crimen, según un estudio divulgado este miércoles por el centro Contemporary Economic Policy.
Las jurisdicciones que las han adoptado han experimentado una reducción de los crímenes violentos si se les compara con aquellas que continúan cooperando con las autoridades federales de inmigración, según los investigadores.
“Los condados que adoptaron políticas de santuario en 2014 experimentaron una disminución de 17.9 crímenes violentos por cada 100,000 habitantes por año (0.02 puntos porcentuales) comparados con los condados que continuaron cooperando con ICE”, indica el estudio.
Esa relación estuvo impulsada principalmente por la disminución en los robos y los asaltos, según el análisis, firmado por Dale Manning y Jesse Burkhardt, de la Universidad estatal de Colorado en Fort Collins.
Más de 500 jurisdicciones, incluidos condados y ciudades, en al menos 11 estados han adoptado versiones del “santuario”, y los críticos de esas medidas sostienen que la falta de cooperación con las autoridades federales de inmigración incrementa el crimen.
Las ciudades y condados que ofrecen santuario a los inmigrantes evitan la cooperación de sus policías y otras agencias con las autoridades federales a quienes compete la aplicación de las leyes de inmigración.
En cambio, las jurisdicciones que se han sumado a un programa federal migratorio, aplican esa cooperación de manera que los inmigrantes indocumentados, detenidos aún por infracciones menores, pueden ser transferidos al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para su deportación.
“Las políticas de santuario evitan cada año $101 millones de dólares en costos por crímenes”, añadieron los investigadores.
“Por el contrario, la cooperación con ICE incrementa los costos del crimen en las comunidades locales en 3,280 millones de dólares por año”.
Este cálculo no toma en cuenta la pérdida de beneficios económicos adicionales que surgen por la presencia de los migrantes en una economía local.
“Las actitudes en EE.UU. hacia la política de inmigración se han polarizado en décadas recientes”, apuntaron los investigadores.