Después de que Donald Trump dio a conocer que, en caso de ganar las elecciones, plantearía otorgar Green Cards para los extranjeros graduados en universidades estadounidenses, personal de su campaña intentó corregirlo al adelantar cómo, para acceder a ese privilegio, primero se recurriría a un “proceso de investigación agresivo”, esto con el fin de evitar privilegiar a egresados incorrectos.

Durante su participación en “The All-In Podcast”, Trump se desprendió de la retórica antiinmigrante que ha manejado desde hace años y de manera sorpresiva dio a conocer que, en caso de nuevamente llegar a la Casa Blanca, otorgaría “automáticamente” tarjetas de residencia a los extranjeros que lograran graduarse tras haber cursado en universidades estadounidenses.

“Lo que quiero hacer, y lo que haré, es que te gradúes de una universidad. Creo que deberías obtener automáticamente, como parte de tu diploma, una tarjeta verde para poder permanecer en este país.

Y eso también incluye las universidades junior. Cualquiera se gradúa de una universidad; ingresa allí durante dos o cuatro años. Si te gradúas u obtienes un doctorado en una universidad, deberías poder quedarte en este país”, expresó.

Ante el revuelo producido por los comentarios del candidato de la mayoría de las encuestas, en una entrevista concedida a ABC News, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la campaña de Trump, descartó que todos los graduados de centros de enseñanza superior de origen extranjero puedan acceder al beneficio de una Green Card.

“Él cree que sólo después de que se haya llevado a cabo una investigación, deberíamos conservar a los graduados más capacitados que puedan hacer contribuciones significativas a Estados Unidos”, expresó.

Leavitt detalló que un “proceso de investigación agresivo” serviría como una especie de filtro para excluir del plan propuesto por Trump a posibles “islamistas radicales, partidarios de Hamás y los que odian a Estados Unidos”.

Además, la republicana de New Hampshire reiteró que los elegidos a recibir una Green Card deben ser personas con un perfil ajustado a la sociedad estadounidense.

“Esto sólo se aplicaría a los graduados universitarios más minuciosamente examinados que nunca socavarían los salarios o los trabajadores estadounidenses”, advirtió.