La Iglesia católica de México sumó su voz el lunes a la de los jueces, analistas y actores políticos que han mostrado preocupación por la polémica reforma judicial que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador, quien se ha enfrentado a jueces y ministros a lo largo de su mandato, ha dicho que quienes integran el actual sistema judicial son corruptos. La propuesta de su partido, Morena, conllevaría que todos los integrantes del poder judicial de México —unos 7.000 jueces— sean elegidos en las urnas y ha sido cuestionada por afectar la independencia del poder judicial.

“La propuesta no responde a una revisión integral del sistema judicial ni garantiza una mejor y más cualificada impartición de justicia”, dijo el lunes el arzobispo Gustavo Rodríguez, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de México (CEM).

“Más aún, afecta la autonomía del poder judicial y pone en entredicho la división de poderes que establece nuestra constitución”, acotó en un video difundido.

La propuesta de reforma judicial ha provocado una ola de protestas y ha desatado numerosas preocupaciones dentro y fuera del país. Algunos de sus críticos sostienen que la modificación a la ley comprometería el sistema de contrapesos del gobierno.