Con asignaciones pendientes en materia de seguridad, reducción de la pobreza y transformación política, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador presenta este miércoles al país el tercer informe de gobierno a casi la mitad de su mandato.
Para un país acostumbrado a un gobernante que habla al menos 15 horas a la semana desde hace tres años pareciera no generar mayores expectativas, pero igual surge la duda sobre cómo López Obrador asumirá el devastador impacto de la pandemia del coronavirus, que ahora se encuentra en la tercera ola, y si anticipará los pasos que seguirá hasta el final de su sexenio en 2024.
A través de varios avisos publicitarios, que se han difundido en los últimos días en las redes sociales y medios convencionales, el locuaz gobernante ha adelantado parte de lo que será su balance de gobierno, que incluirá algunas de sus banderas como el combate a la corrupción, los programas sociales, la austeridad, la recuperación económica y la libertad.
Según analistas, no se prevé que el mandatario profundice en su balance sobre algunos de los reveses de su gestión como el aumento de la pobreza, que pasó de 41,9% en 2018 a 43,9% el año pasado -según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)-; el auge de violencia que dejó en el primer semestre un saldo de 16.937 asesinatos y mantiene a 50 municipios de seis estados con serias dificultades de seguridad y más recientemente la brutal represión que sufrió un grupo de migrantes en la frontera sur que intentaba avanzar rumbo a Estados Unidos.
“Él nos va a plantear un México de avance, de transformación, de innovación”, dijo el académico del Tecnológico de Monterrey, Patricio Morelos, al asegurar que López Obrador se desligará de los resultados negativos de su administración para evitar que esos mensajes puedan llegar a los sectores populares que constituyen su base de apoyo y que le ha permitido alcanzar un respaldo popular del orden del 60%, muy por encima de su antecesor Enrique Peña Nieto (2012-2018) .
Morelos indicó que aunque los sectores populares puedan verse afectados por la recesión -que el año pasado fue del 8,2%- o una creciente inflación que alcanzó en la primera quincena de agosto una tasa interanual de 5,58%, el apoyo económico que reciben del gobierno por un monto equivalente a los 750 dólares por familia “les generan una sensación de mayor confort”.
“Quienes antes se sentían abandonados, hoy se sienten representados por López Obrador”, agregó.
“Ahora lo más importante es la honestidad, la austeridad y la atención a los pobres”, afirmó el presidente en uno de los mensajes publicitarios sobre el tercer informe de gestión en el que resaltó como uno de sus aciertos el cambio de la política económica que, aseguró, ahora no sólo se atiende a los empresarios y banqueros sino que implica un “presupuesto para las mayorías, para los pobres”.
Al hablar de sus planes futuros el gobernante, de 67 años, indicó la víspera que con el reciente nombramiento en la Secretaría de Gobernación de Adán López Hernández, exgobernador de su estado natal de Tabasco, espera avanzar en su proyecto político de la “Cuarta Transformación”.
Asimismo, adelantó que enviará al Poder Legislativo, controlado por el partido oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en alianza con otras organizaciones, tres proyectos de reforma en materia energética, electoral y para que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa.
El mandatario logró que el Congreso aprobara este año una reforma eléctrica y de hidrocarburos para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad y la corporación estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), pero las leyes se vieron bloqueadas por medidas judiciales.