El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, señaló que a partir de el lunes se deberá pagar a Estados Unidos un arancel del 17 % por la exportación del jitomate, después de que Washington se retiró oficialmente del conocido Acuerdo de Suspensión de Tomate (TSA).
“Tendremos que batallar para que se llegue a otro acuerdo” dijo el funcionario mexicano en una entrevista para Radio Fórmula, donde precisó que el país está negociando con las autoridades de EE.UU. para revertir este y otros gravámenes.
El Departamento de Comercio estadounidense informó de la retirada de EE.UU. del TSA en un comunicado donde precisó que pasa a imponer dicho arancel del 17,09 %, que califica de medida antidumping tras considerar que los tomates mexicanos se han vendido en EE.UU. a precios “injustos”.
“México sigue siendo uno de nuestros mayores aliados, pero durante demasiado tiempo nuestros agricultores se han visto oprimidos por prácticas comerciales desleales que rebajan los precios de productos como el tomate. Eso termina hoy”, declaró el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick.
Ebrard indicó que este arancel, que entró en vigor este 14 de julio, tendrá una “repercusión inmediata” en Estados Unidos, lo que ayudará a México a negociar un acuerdo para reducir o quitar el gravamen.
El representante mexicano enfatizó además que la economía de México es muy importante para Estados Unidos, pues es su principal importador, por encima de China, Alemania y Japón en conjunto.
“Eso probablemente vaya a ser la mayor protección que pueda tener nuestra economía”, indicó.
Además reconoció que la relación con Estados Unidos será de “tensión todo el tiempo”, por lo que el país debe acostumbrarse a tener “muchos imprevisibles” mientras Donald Trump esté en la presidencia de Estados Unidos.
El TSA garantizaba que los productores y exportadores signatarios vendieran tomates mexicanos al precio de referencia establecido o a uno superior para eliminar los efectos perjudiciales de las exportaciones de tomates frescos a EE.UU. Dicho acuerdo incluía a todos los tomates frescos y refrigerados, excepto los tomates para procesamiento.
Según Lutnick, el cambio de normativa está “en consonancia” con las políticas comerciales de Trump y su enfoque hacia México.
El líder republicano amenazó este pasado fin de semana con imponer al país un arancel del 30 % a partir del 1 de agosto, aparte de los gravámenes sectoriales, por el supuesto fallo del país a la hora de detener “a los cárteles, que están compuestos por la gente más despreciable que ha caminado la Tierra, y las drogas que fluyen” hacia Estados Unidos.
Ebrard recordó en Radio Fórmula que esa amenaza es algo que se avisó a todos los países, aunque recordó que es algo similar a lo que ocurrió en enero, cuando EE.UU. planteó un 25 % a todas las exportaciones de México.
“Lo que vamos a hacer es: mañana iniciamos los trabajos con comercio USTR (Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos) para mantener el acuerdo que ya tenemos y ponernos de acuerdo sobre algunas de las medidas que podemos tomar en conjunto en las próximas semanas”, apuntó.
Insistió en que en estos temas se necesita “sangre fría y perseverancia” para negociar.