Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y Guatemala, Bernardo Arévalo, se reunieron el viernes en Tapachula, la ciudad mexicana más importante en la frontera entre ambos países, para hablar sobre migración, seguridad e infraestructuras.

Antes del encuentro, Obrador reconoció que le preocupa la seguridad en la zona fronteriza, uno de los principales puntos de entrada de migrantes y ahora escenario de luchas entre dos grupos antagónicos del crimen organizado algo que, según dijo, también concierne a Guatemala. “Vamos a trabajar sobre eso”, aseguró.

De hecho, como parte de los proyectos de infraestructura de los que hablaron estuvo la modernización de varios cruces fronterizos y de dos puertos guatemaltecos, Puerto Quetzal en el Pacífico y Santo Tomás de Castilla en el Atlántico. En este último las autoridades han detectado trasiego de precursores de drogas sintéticas.

Arévalo reconoció que las relaciones entre los dos vecinos “pueden mejorar muchísimo” y aspiró a construir entre ambos gobiernos “una frontera que una… que nos permita desarrollarnos y crecer juntos con beneficio recíproco”.