Ciudad Juárez (México), 22 abr (EFE).- Defensores de derechos humanos y migrantes calificaron este lunes de “ilegales” e “inhumanos” los crecientes operativos que el Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano realiza en el desierto de la frontera norte de México.

EFE documentó una detención en mitad de la carretera que va de Chihuahua a Ciudad Juárez, limítrofe con El Paso (Texas), donde un hombre dijo venir deshidratado y con toda su familia tras más de 400 kilómetros de caminata a través del desierto.

El oficial se limitó a detenerlo, a mantenerlo inmóvil y a decirle que lo reuniría con su familia, a la que también estaban persiguiendo otros dos funcionarios.

Más detenciones y más peligro

El abogado Ernesto Vasconcelo expuso a EFE que las persecuciones y detenciones que realiza el INM en las carreteras, los autobuses y los aeropuertos son “ilegales y anticonstitucionales”, y orillan a los extranjeros a enfrentarse a rutas peligrosas como el desierto.

Vasconcelo, un inmigrante venezolano que llegó a Ciudad Juárez hace más de dos décadas, estudió Derecho y se especializó en migración, sostuvo que el INM viola la Constitución, la Ley de Migración y acuerdos internacionales.

“No tiene Migración facultades para hacer una detención en una carretera, en un punto de revisión, porque estaría coartando ese derecho de toda persona de poder transitar todo el territorio nacional sin necesidad de documentación específica”, señaló el abogado.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la semana pasada una recomendación al INM “tras acreditar violaciones a los derechos humanos a la seguridad jurídica, a la libertad, a la legalidad, así como al debido proceso” durante la detención de dos migrantes venezolanos en Chiapas, estado de la frontera sur.

El organismo autónomo del Gobierno denunció que el INM detuvo a los venezolanos y otras familias migrantes que viajaban en un transporte público.

El abogado Vasconcelo argumentó que el INM tiene la obligación de controlar el ingreso y salida de los extranjeros en el país, pero solo en los puertos de entrada y, cuando una persona ya está dentro del territorio nacional, los agentes deben respetar los derechos humanos, como el libre tránsito y no ser molestados.

“¿Por qué un inmigrante no puede tomar un bus o un avión y trasladarse del punto A al punto B? Porque el Gobierno mexicano prohíbe el uso de estos transportes, entonces no le queda otra opción al inmigrante que tomar estas rutas ilegales y peligrosas del desierto, caminar por las carreteras”, cuestionó.