Mike Pence se muestra cada vez más atrevido y decidido a rebelarse contra su antiguo jefe en la Casa Blanca, Donald Trump.
Los dos se presentarán el viernes en actos en Arizona en los que apoyarán a candidatos en que ofrecen propuestas contrastantes en un estado indeciso de cara a las elecciones de mitad de término. Pocos días después, volverán a cruzarse al pronunciar discursos en Washington.
Estas presentaciones calientan el ambiente entre dos viejos compañeros de ruta y estrechos aliados, que podrían enfrentarse en las primarias republicanas presidenciales del 2024, suponiendo que decidan postularse.
“Creo que Pence trata de transmitir un mensaje, el de que los republicanos deben pensar en el futuro”, expresó Scott Jennings, viejo estratega republicano. “Este va a ser un dilema existencial para el Partido Republicano: ¿Vamos a prestar atención a una visión levemente distinta a la de Donald Trump? En estos momentos, la visión alternativa la ofrece Mike Pence”.
Esa descripción del estado de cosas marca un profundo viro para Pence, quien se pasó cuatro años en la Casa Blanca como vicepresidente y leal aliado de Trump.
Trump, sin embargo, se enfureció cuando Pence se negó a violar la constitución en un esfuerzo por desconocer los resultados de las elecciones del 2020 en las que Trump perdió la presidencia y puso a Pence en la mira de la turba que tomó el Congreso el 6 de enero del 2021.
Pence está pisando cada vez más fuerte en sus esfuerzos por ofrecer su propia visión para el futuro del partido Republicano. Esta semana apoyó a Karrin Taylor Robson en las primarias para la gobernación de Arizona, donde Trump respalda a Kari Lake, una figura que repite sus mentiras sobre las elecciones.
“Mientras los demócratas de Arizona promueven al irresponsable programa de (Joe) Biden y (Kamala) Harris, Karrin Taylor Robson es la única candidata a la gobernación que defenderá la frontera y mantendrá la seguridad en las calles, dará mayor participación a los padres y creará grandes escuelas, y promoverá los valores conservadores”, dijo Pence en un comunicado.
Pence apoyó asimismo al gobernador de Georgie Brian Kemp, otro en la mira de Trump, que derrotó fácilmente al candidato trumpista en las primarias.
El viaje de Pence a Arizona, sin embargo, refleja su disposición a involucrarse en una contienda más pareja, aliándose con el gobernador saliente Doug Ducey, otro republicano que se negó a repetir las mentiras de Trump sobre las elecciones de hace casi dos años.
Pence planea hacer campaña a favor de Robson en Phoenix y en el sur de Arizona el viernes, el mismo día en que Trump será al orador principal en un acto de Lake, que fue reprogramado tras la muerte de la primera esposa del expresidente, Ivana Trump.
Un vocero de Trump no respondió a preguntas sobre esos actos.
Trump y Pence volverán a cruzarse la semana que viene, cuando Trump regrese a Washington por primera vez desde que dejó la Casa Blanca. Pence hablará el lunes en la Fundación Heritage, de tendencia conservadora, y al día siguiente se presentará en la Conferencia Nacional de Estudiantes Conservadores de la Young America’s Foundation. El mismo martes, Trump hablará durante una conferencia de dos días organizada por el America First Policy Institute.
Pence promoverá el programa que presentó recientemente y sobre el futuro del partido, según sus asistentes. Se espera que su discurso marque un fuerte contraste con el de Trump, quien enfoca todos sus esfuerzos en insistir en que le robaron las elecciones.
Pence pide a los republicanos que den vuelta la página, al tiempo que destaca los logros de lo que describe como la administración de Trump y Pence.
Trump, por su parte, se prepara para postularse por tercera vez a la presidencia en medio de una serie de investigaciones sobre sus esfuerzos por perpetuarse en el poder.
Si bien las encuestas indican que Trump sigue siendo el gran favorito para ganar las primarias republicanas, Marc Short, ex jefe de despacho de Pence y asesor suyo, dice que, incluso si Trump lanzase su candidatura, eso no quiere decir que estará en la contienda del 2024.
“La comisión (que investiga la toma del Congreso) está concluyendo su trabajo y estoy seguro de que (Trump) quiere enfocar la atención en él. Un anuncio no implica necesariamente que estará en la contienda al final del proceso”, expresó Short. “No creo que haya ninguna duda de que al (ex) presidente le encanta estar en el candelero. Y un anuncio (de su candidatura) enfocaría la atención en él”.
Trump insiste en fustigar a Pence por no seguirle la corriente en sus esfuerzos por desconocer los resultados de las últimas elecciones. En una conferencia del mes pasado de Cristianos Evangélicos en Nashville, Trump insistió en que Pence “no tuvo el valor de actuar”.
Trump no considera a Pence una amenaza, según sus allegados, que se preocupan más por Ron DeSantis. El gobernador de la Florida es visto por muchos como un heredero natural, más joven, del movimiento MAGA (Make America Great Again, o Hagamos que Estados Unidos Vuelva a ser Grande) de Trump que puede canalizar el mismo malestar, con menos carga sobre sus espaldas.
Jennings elogió a Pence por estar dispuesto a plantársele firme a Trump cuando tantos otros republicanos se niegan a contradecirlo.
“Lo que hace Mike Pence es muy valioso. No sé si es un candidato viable. Pero sin duda se ganó el derecho a presentar una visión para la era post-Trump”, manifestó Jennings.
“Bien puede terminar siendo Juan el Bautista para otros”, agregó. “Descabezado, pero bien recordado”.