Miles de migrantes que estuvieron atrapados por meses en el sur de México iniciaron el domingo una caravana hacia el centro del país, en un intento de agilizar sus trámites y transitar libremente hacia Estados Unidos sin ser detenidos.
Los migrantes, en su mayoría venezolanos, iniciaron la extensa caminata desde la ciudad Tapachula, fronteriza con Guatemala, y esperan llegar a Ciudad de México en por lo menos 10 días, dijeron algunos de los participantes a Reuters.
“Yo y mi familia ya no tenemos recursos para seguir avanzando por eso nos unimos a la caravana, para más seguro y sin que nos detengan”, dijo por teléfono un migrante venezolano que se identificó como Yoani.
“Si Dios nos permite vamos a llegar a Estados Unidos”, agregó el joven mientras avanzaba entre miles de personas y que contó que su hija pequeña lleva varios días enferma.
La caravana es también una forma de protesta para exigir a las autoridades que cierren centros de detención como el de Ciudad Juárez, en el norte de México, donde a finales del mes pasado cerca de 40 personas murieron a causa de un incendio, dijo el director de “Pueblos sin fronteras”, Irineo Mujica.
Imágenes y videos difundidos a través de un extenso grupo de Whatsapp, al que tuvo acceso Reuters, mostraban a migrantes cargando una cruz blanca a la cabeza de la movilización que denominaron “Via Crucis”.
Entre los poco más de 3,500 migrantes que calcularon las autoridades locales, había también gente de China y otras regiones de Asia, algo inusual en las caravanas.
Huyendo de la violencia y pobreza en sus países miles de migrantes atraviesan México cada año con la esperanza de llegar a Estados Unidos, un trayecto con muchos riesgos y en el que muchos han muerto.