Rusia disparó dos misiles sobre la ciudad nororiental ucraniana de Járkiv durante la noche que alcanzaron edificios de apartamentos y un centro médico y causaron 17 heridos, dijeron las autoridades el miércoles, en la última ofensiva de Moscú contra zonas civiles en los casi dos años de guerra.
Los misiles S-300 cayeron después del anochecer del martes, indicó el gobernador regional de Járkiv, Oleh Syniehubov, en Telegram.
Las tropas del Kremlin han adaptado los misiles tierra-aire para atacar objetivos terrestres, ya que su producción es más barata que la de los balísticos o los de crucero. Sin embargo, son más imprecisos y tienen un alcance más corto, según los analistas.
Ambos bandos parecen están reabasteciendo su arsenal coincidiendo con la paralización casi total de los combates a lo largo de los 1.500 kilómetros (930 millas) del frente debido al clima invernal. La guerra se reduce ahora a ataques con misiles de largo alcance, drones y artillería.