Ucrania y Rusia airearon retórica belicista el jueves, pues el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy expresó confianza en que Vladímir Putin será condenado por crímenes de guerra, mientras que el Kremlin aseguró que Estados Unidos fue el responsable de lo que calificó como un intento de asesinato contra el mandatario ruso.
Los gobernantes de ambos países han intercambiado ataques personales en varias ocasiones durante la guerra que Rusia comenzó al invadir a Ucrania en febrero de 2022. El más reciente episodio ocurrió el miércoles, cuando Rusia aseguró que Ucrania había enviado drones al Kremlin con el objetivo de asesinar a Putin.
Zelenskyy negó que las fuerzas ucranianas fueran responsables del supuesto ataque con drones. El Kremlin prometió represalias por lo que calificó como un acto “terrorista”, sin entrar en detalles, mientras que prominentes figuras aliadas al gobierno de Moscú pidieron el asesinato de altos funcionarios ucranianos.
Lo que sucedió exactamente durante el supuesto ataque sigue siendo incierto.
El portavoz de Putin acusó el jueves a Estados Unidos de estar involucrado. Con el objetivo de obtener el apoyo entre la población para la campaña bélica, Moscú a menudo ha intentado culpar a Washington de tratar de destruir a Rusia mediante la ayuda que brinda a Ucrania.
El vocero del Kremlin Dmitry Peskov dijo a los reporteros en una conferencia de prensa diaria que el Kremlin estaba “muy al tanto de que Kiev no fue el que tomó la decisión de llevar a cabo este tipo de acciones y ataques terroristas, sino Washington”.
“Y Kiev hace lo que se le ordena”, subrayó Peskov, sin presentar evidencia que sustentara sus declaraciones.
John Kirby, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, se refirió a los señalamientos como “ridículos”. Zelenskyy, de visita en Holanda, dijo que “no estaba interesado” en la opinión del Kremlin.
Funcionarios de inteligencia estadounidenses aún intentan determinar quién fue el responsable del incidente con drones y analizan varias posibilidades, incluida la posibilidad de que se trate de una operación de bandera falsa por parte de Rusia y que un grupo marginal simpatizante de Ucrania haya estado involucrado, según un funcionario de Estados Unidos.