Los principales funcionarios financieros de las siete democracias más ricas del mundo dejaron de lado marcadas diferencias sobre los aranceles de Estados Unidos tras dos días de conversaciones y acordaron contrarrestar los “desequilibrios económicos” globales, una crítica a las prácticas comerciales de China.

En un comunicado emitido el jueves, los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los Siete, reunidos en las Montañas Rocosas de Canadá, omitieron su tradicional defensa del libre comercio y suavizaron sus referencias a la guerra en Ucrania en comparación con el año pasado. Pero sí acordaron que podrían imponerse más sanciones a Rusia si los dos países no alcanzan un alto el fuego.

El comunicado indicó que los miembros del G7 continuarían monitoreando las “políticas y prácticas ajenas al mercado” que contribuyen a los desequilibrios en el comercio global. La declaración no mencionó a China, pero el término “ajenas al mercado” suele referirse a los subsidios a la exportación y las políticas monetarias de ese país que, según el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, le otorgan una ventaja en el comercio internacional.

El secretario estadounidense del Tesoro, Scott Bessent, parece haber logrado orientar el comunicado en gran medida en la dirección que pretendía el gobierno de Trump, particularmente en lo que respecta a las prácticas comerciales de China.