Una reciente ola de asesinatos en la ciudad fronteriza de Tijuana, México, podría haber sido sacada de un guión de televisión: narcotraficantes enfurecidos persiguiendo a policías corruptos que se robaron un cargamento de droga.
Dos de los agentes sospechosos del robo murieron, dicen los fiscales. Pero también al menos otros tres oficiales, según el exjefe de policía de la ciudad, lo que sugiere que el cártel que pudiera ser dueño de la droga hurtada pudo haber lanzado una represalia generalizada.
Es el golpe mas reciente para Tijuana, la ciudad con más homicidios en México, casi el doble que el segundo lugar: la también fronteriza Ciudad Juárez. Tijuana, situada en el estado de Baja California y con una población de más de 2,1 millones, tiene desde hace varios años unos 2.000 asesinatos por año. En comparación, Houston, Texas, que tiene aproximadamente la misma población, registró 435 asesinatos en 2022.
Según los fiscales, a mediados de noviembre, media docena de policías locales y estatales en Tijuana robaron un cargamento de drogas de un almacén donde los traficantes lo almacenaban.
La semana pasada apareció un video de la camioneta de los oficiales saliendo de la bodega con grandes fardos de cocaína envueltos en plástico llenando la plataforma de la camioneta.
La fiscal estatal María Elena Andrade confirmó esta semana que tres detectives estatales estaban siendo investigados en el caso, junto con un número similar de policías municipales de Tijuana.
Alberto Capella, exjefe de la policía de Tijuana de 2007 a 2008 y nuevamente de 2011 a 2013, dijo a The Associated Press que al parecer la droga pertenecía al cártel de Sinaloa, específicamente al ala controlada por Ismael “El Mayo” Zambada, probablemente el grupo narcotraficante más poderoso de la ciudad.
Aparentemente, el cártel supo casi de inmediato quién realizó el atraco.
El 18 de noviembre, pocas horas después del robo, hombres armados balacearon la fiscalía federal en Tijuana. Al cabo de una hora, uno de los policías municipales presuntamente involucrados en el atraco fue asesinado a tiros en una calle de Tijuana.
El 24 de noviembre, hombres armados atacaron la fiscalía estatal con una ráfaga de disparos; nadie resultó herido.
El 27 de noviembre, un detective estatal investigado por el robo fue asesinado a tiros en su automóvil mientras cargaba gasolina en Tijuana. Otros dos agentes fueron asesinados a tiros a plena luz del día en calles de la ciudad, en aparente venganza del hampa.
Capella, el exjefe de policía, dijo que al menos otros tres agentes han muerto desde el atraco, lo que sugiere que el cártel pudo haber lanzado una represalia generalizada por el robo.