La viabilidad de una propuesta respaldada por Estados Unidos para poner fin a casi nueve meses de guerra en Gaza quedó en duda el lunes después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijera que únicamente aceptaría un acuerdo de cese el fuego “parcial” que no pusiera fin a la guerra, unas declaraciones que provocaron indignación entre las familias de rehenes retenidos por Hamás.
En una entrevista emitida el domingo por la noche en la televisora israelí Channel 14, un medio conservador y afín a Netanyahu, el mandatario israelí dijo que estaba “preparado para llegar a un acuerdo parcial —esto no es un secreto— que nos devuelva a algunas de las personas”, en alusión a los aproximadamente 120 rehenes que siguen retenidos en la Franja de Gaza. “Pero estamos comprometidos con continuar la guerra tras una pausa, para completar el objetivo de eliminar a Hamás. No estoy dispuesto a renunciar a eso”.
Las palabras de Netanyahu no se diferenciaban mucho de lo que ha dicho en el pasado sobre sus términos para un acuerdo. Pero se producían en un momento sensible en el que Israel y Hamás parecían distanciarse en las negociaciones sobre la propuesta más reciente de cese el fuego, y podrían ser otro revés para los mediadores que intentan detener la guerra.