Migrantes en Chihuahua, estado en la frontera norte de México, denunciaron un incremento en la violencia durante los operativos realizados por el Instituto Nacional de Migración. Esta situación surge en medio de la presión ejercida por Estados Unidos para controlar los flujos migratorios.

Carlos Mesa, migrante venezolano, sufrió la amputación de un dedo mientras huía de los agentes del Instituto Nacional de Migración. Su anillo de matrimonio se atascó al intentar saltar una cerca durante la huida.

“Veníamos en el tren hasta Torreón y, cuando llegamos, nos emboscó Migración, nos corretearon y ahí saltando la cerca se me mochó el dedo”,lamentó en una entrevista con EFE.

El migrante lleva consigo un frasco de cristal que contiene una parte de la extremidad que le fue amputada en un hospital de Torreón, donde recibió primeros auxilios. Mesa criticó el trato recibido por parte de las autoridades migratorias mexicanas, afirmando: “Migración nos está tratando mal ahorita, nos corretean, nos quieren devolver. Nosotros no somos ladrones ni nada, sino que solo venimos de paso queremos pasar para el otro lado”.

Otros migrantes, como Brayan Cardona, colombiano, expresaron preocupación por el incremento de los controles migratorios. El extranjero, quien lleva semanas en un campamento cercano a las vías del tren en Chihuahua, señaló que los operativos se han intensificado, especialmente en los ferrocarriles que suelen utilizar los migrantes para desplazarse hacia el norte.

El aumento de los controles migratorios en México responde a un incremento del 77% en la migración irregular en 2023, según datos oficiales.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador destacó una disminución del 55 % en los encuentros diarios de migrantes en la frontera con Estados Unidos desde diciembre hasta marzo. Sin embargo, estas medidas han generado preocupación entre los migrantes, quienes enfrentan mayores riesgos y obstáculos en su búsqueda de un futuro mejor.