Los palestinos que huyeron durante una redada israelí en el principal hospital de la Franja de Gaza y sus alrededores describieron en entrevistas el domingo días de intensos combates, arrestos indiscriminados, marchas forzadas entre cadáveres y edificios destruidos.
Mientras tanto Naciones Unidas denunció que Israel está le está impidiendo a su agencia a cargo de ayuda a los palestinos llevar alimentos al norte devastado de la franja.
El ejército israelí indicó que ha matado a más de 170 milicianos y detenido a unos 480 sospechosos en el asalto al hospital de Shifa que comenzó el pasado lunes, lo que describió como un fuerte golpe a Hamás y otros grupos armados que, afirmó, se habían reagrupado en el recinto médico.
Pero los intensos combates también han recalcado la resiliencia de los grupos armados palestinos en una zona aislada y muy destruida de Gaza, a la que las tropas israelíes se han visto obligadas a regresar tras un asalto similar ocurrido durante las primeras semanas de la guerra.
Kareem Ayman Hathat, que vivía con sus padres y dos hermanos en un edificio de cinco plantas a unos 100 metros (yardas) del hospital, dijo que se habían refugiado en la cocina durante días mientras se oían disparos y explosiones fuera, que en ocasiones hacían temblar todo el edificio.