Presumiendo de su reputación revolucionaria, París puso en marcha el viernes sus Juegos Olímpicos con una fastuosa e inédita ceremonia bajo la lluvia, con el río Sena como escenario principal, musicalizada por Lady Gaga y Celine Dion, entre otras estrellas, y un desfile de atletas que expuso heridas que el espíritu olímpico promete atenuar al menos por los próximos 16 días.

Francia se propuso y logró ejecutar probablemente una de las mejores ceremonias de la historia, por primera vez fuera de un estadio, a pesar de las inclemencias meteorológicas en un año inusualmente lluvioso.

El pretencioso espectáculo de casi cuatro horas se desarrolló casi en su totalidad bajo un aguacero, algo que no sucedía desde hace 70 años. De todos modos, el clima adverso no desanimó a los atletas que debieron protegerse con paraguas y impermeables al surcar en embarcaciones las aguas picadas del Sena, una muestra de la tenacidad de la ciudad durante un día que comenzó con un presunto sabotaje a la red ferroviaria de alta de velocidad de Francia.

“La lluvia no podrá pararnos”, declaró LeBron James, el astro estadounidense del baloncesto, cubierto con un poncho junto a la otra abanderada de su país, la tenista Coco Gauff.