A medida que el gobierno estadounidense avanza hacia la reclasificación de la marihuana como una droga menos peligrosa, puede haber poco impacto inmediato en la docena de estados que aún no han legalizado el cannabis para uso médico o recreativo generalizado entre adultos.

Pero los defensores de la legalización de la marihuana esperan que un cambio regulatorio federal pueda eventualmente cambiar las opiniones —y los votos— de algunos legisladores estatales que se han mostrado reacios a adoptar la marihuana.

“Es muy común que un legislador estatal me diga: ‘Bueno, tal vez pueda apoyar esto, pero… no voy a votar por algo que es ilegal bajo las leyes federales’”, indicó Matthew Schweich, director ejecutivo del Proyecto de Política de Marihuana, que aboga por la legalización del cannabis.

Aunque una propuesta para reclasificar la marihuana no la hará legal, “es un cambio histórico y significativo a nivel federal que creo que hará que muchos legisladores estatales tengan un poco menos de vacilación a la hora de apoyar un proyecto de ley”, añadió Schweich.

La DEA ha propuesto cambiar la marihuana de una droga de “Lista I”, que incluye heroína y LSD, a una droga de “Lista III”, menos regulada, que incluye ketamina y algunos esteroides anabólicos. Las reglas federales permiten algunos usos médicos de las drogas de la Lista III. Pero el cambio propuesto enfrenta un largo proceso regulatorio, que puede no estar completo hasta después de las elecciones presidenciales.