Luis García, su esposa y su hijo de 17 años llegaron a Los Ángeles procedentes de México dispuestos a disfrutar de unos días de vacaciones, pero a diferencia de otros viajes que han hecho en los últimos años, esta vez al pasar por el mostrador de control migratorio, les pidieron datos más precisos sobre el lugar de estancia y el retorno a su país.

“Nos llamó la atención que en Migración fueron muy enfáticos al pedirnos la información. Antes las preguntas eran más generales. Esta vez querían la dirección exacta de dónde íbamos a llegar”.

Luis y su familia tomaron un vuelo de Guadalajara que arribó al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) el 14 de noviembre. El propósito: convivir unos días con una hermana que vive en Los Ángeles y llevar a su niño a pasear a Disneylandia.

“Realmente cuando planeamos el viaje, sabíamos todo lo que estaba pasando en Estados Unidos, que  la situación era complicada y que debíamos salir a la calle con más cautela, pero no estábamos nerviosos”.

Sin embargo, dice que fue imposible no ponerse nerviosos frente al oficial de migración.

“Nos preguntó cuándo nos regresábamos, respondí que el 18 de noviembre, y me pidió que le mostrara los boletos de regreso. Antes no me los habían pedido, y me tomó unos minutos encontrarlos en el teléfono. Fueron momentos de tensión porque por los mismos nervios nos los hallaba”.

Luis, quien en un periodo de ocho años ha viajado a Estados Unidos para  vacacionar unas cinco veces, dice que la exigencia del lugar donde se hospedarían y el boleto de regreso, fueron las diferencias principales en esta ocasión.

Y ya en la calle, dice que si se manejaron con mayor precaución que en otros viajes, y decidieron traer a la mano su visa y pasaporte, pero con temor de que se los pudieran quitar.

“En México hay mucho temor de venir de visita por el tema del ICE (Servicio de Migración y Aduanas). Uno viene con muchas precauciones”.

La experiencia de Cuca y Arturo

Cuca Ortiz de 78 años y su esposo Arturo Rodríguez de 84 años llegaron de la ciudad de México a Los Ángeles el 5 de diciembre para pasar Navidad con su hija y su familia.

“Estaba un poco más nerviosa que de costumbre por las noticias de todo lo que está pasando en Estados Unidos, pero me llevé una sorpresa, nuestro paso por Migración fue muy rápido, y sin problemas”, dice.

Algo que les ayudó mucho fue que Cuca solicitó una silla de ruedas para su esposo, y de este modo, la persona que los ayudó, los llevó por una fila de control migratorio que fluía más rápido.

“El oficial nos preguntó cuándo regresábamos, y le dije que el 27 de diciembre; también nos pidió la dirección de dónde íbamos a llegar. No nos solicitaron mostrar los boletos de regreso. Pero la dirección y la fecha de regreso siempre es algo que nos preguntan. No es algo nuevo”, dice.

La persona del aeropuerto que los auxilió con la silla de ruedas, hizo una gran diferencia durante su experiencia migratoria.

“A mis papás les tocó un oficial de migración muy imponente, y cuando le dijo a mi mamá que mirara la cámara para la foto, se puso un poco nerviosa, no entendía. Fue el muchacho que los ayudaba con la silla, que le explicó lo que tenía que hacer; y cuando el oficial preguntó a qué área iban a llegar, mi mamá dijo que Van Nuys, pero no lo pronunció bien, y el oficial la corrigió”, explica Liliana Escudero, hija de Cuca y Arturo.

Cuca dice que no hablar inglés de manera fluida, siempre la pone tensa al llegar al punto de revisión migratoria.

La entrada a Estados Unidos para viajeros de ciertos países podría volverse más difícil, a partir de que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha propuesto una serie de cambios a sus protocolos actuales de entrada y salida para ciudadanos extranjeros.

Estos cambios incluyen el requisito de que los viajeros de negocios y turistas que ingresen a Estados Unidos desde países del Programa de Exención de Visa proporcionen sus redes sociales de los últimos cinco años a través del Sistema Electrónico de Autorización de Viaje, lo que permitiría a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza acceder a las publicaciones y otra información personal.

“Esto no es nuevo para nosotros, porque desde que aplicamos para la visa de turista, te solicitan que pongas esa información en la solicitud”, dice Luis.

Las nuevas condiciones están abiertas a comentarios y revisión pública durante 60 días antes de entrar en vigor.

La medida propuesta se aplica a los ciudadanos de los 42 países que pertenecen al programa de exención de visas y que actualmente no requieren visas para visitas de turismo o negocios a Estados Unidos.

Estos ciudadanos extranjeros ahora tendrían que presentar cinco años de actividad en redes sociales para ser considerados para la entrada.

También deberán proporcionar las direcciones de correo electrónico que hayan usado durante los últimos diez años, así como los números de teléfono y las direcciones particulares de sus familiares directos; y podrían examinar las direcciones IP y los metadatos de las fotos enviadas electrónicamente.