Las policías comunitarias de México se han vuelto en blanco de ataques cada vez más frecuentes de parte de cárteles del narcotráfico, aseguraron las autoridades el lunes.
Adrián López, fiscal general del estado de Michoacán, en el occidente del país, confirmó que hombres armados relacionados con cárteles del narcotráfico asesinaron a balazos a siete integrantes de una fuerza policial comunitaria en la localidad de Coahuayana durante el fin de semana.
El atentado se produjo apenas días después de que siete miembros de una policía comunitaria indígena fueron secuestrados, aparentemente por integrantes de un cártel, y los hicieron pasar “un infierno” en otro poblado del estado antes de ser liberados el viernes.
Debido a las guerras territoriales entre grupos del narcotráfico que han dejado a muchas localidades de la zona rural del país convertidas en pueblos fantasma, muchos lugares han recurrido a las “policías comunitarias”, compuestas por residentes que en su mayoría carecen de formación pero que se ofrecen como voluntarios o reciben un pequeño salario para proteger a la población.
Las policías comunitarias, una práctica más común en localidades indígenas —las cuales tienen siglos de experiencia en la organización y defensa de sus comunidades—, cuentan con más confianza de la población en comparación con los llamados “grupos de autodefensa” que surgieron en el estado de Michoacán entre 2013 y 2014 para combatir a los cárteles pero que al poco tiempo se vieron infiltrados por el crimen organizado.