El presidente estadounidense Donald Trump comenzó el martes su viaje de cuatro días por Oriente Medio en Arabia Saudí, centrando la atención en sellar acuerdos económicos con un aliado clave de Oriente Medio en medio de preocupaciones compartidas sobre el programa nuclear de Irán y la guerra en Gaza.

Bin Salman recibió calurosamente a Trump cuando bajó del Air Force One en el Aeropuerto Internacional Rey Khalid en la capital saudí. Los dos líderes luego se retiraron a un gran salón en el aeropuerto de Riad, donde asistentes que llevaban cinturones ceremoniales con armas sirvieron un café árabe tradicional a Trump y sus asesores.

“Realmente creo que nos gustamos mucho”, comentó Trump más tarde durante una breve aparición con el príncipe heredero al inicio de una reunión bilateral.

El príncipe Mohammed ya se ha comprometido a invertir unos 600.000 millones de dólares en Estados Unidos, pero Trump insinuó que un billón de dólares sería aún mejor.

Escolta de aviones de combate

El boato comenzó incluso antes de que Trump aterrizara. Aviones F-15 de la Real Fuerza Aérea Saudí proporcionaron una escolta de honor para el Air Force One mientras se acercaba a la capital del reino.

Trump y el príncipe Mohammed también participaron en un almuerzo en la corte real con invitados y asesores en una sala decorada con detalles azules y enormes lámparas de cristal.

Mientras saludaba a los magnates de negocios con Trump a su lado, el príncipe Mohammed estaba animado y sonriente.

Fue un marcado contraste con su incómodo choque de puños con el entonces presidente Joe Biden, quien buscó evitar ser visto en cámara estrechando la mano del príncipe durante una visita en 2022 al reino.

Biden había decidido visitar Arabia Saudí mientras buscaba aliviar los precios dee la gasolina. En ese momento, la reputación del príncipe Mohammed había sido gravemente dañada por una determinación de inteligencia de Estados Unidos que encontró que había ordenado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018.

Pero ese oscuro momento parecía un recuerdo distante para el príncipe mientras se codeaba con destacados ejecutivos de negocios —incluidos los directores generales de Blackstone Group, Stephen Schwarzman; BlackRock, Larry Fink, y de Tesla y SpaceX, Elon Musk— frente a las cámaras y con Trump a su lado.

Más tarde, el príncipe heredero tenía previsto agasajar a Trump con una cena formal. Trump participará más tarde el martes en una conferencia de inversión entre Estados Unidos y Arabia Saudí.

Producción de petróleo

Arabia Saudí y otras naciones de la OPEP+ ya han ayudado a su causa con Trump al inicio de su segundo mandato al aumentar la producción de petróleo. Trump ve la energía barata como un componente clave para reducir costos y frenar la inflación para los estadounidenses. El presidente también ha argumentado que los precios más bajos del petróleo acelerarán el fin de la guerra de Rusia en Ucrania.

Pero la economía de Arabia Saudí sigue dependiendo en gran medida del petróleo, y el reino necesita un precio de entre 96 y 98 dólares por barril para equilibrar su presupuesto. No está claro cuánto tiempo la OPEP+, de la que Arabia Saudí es el miembro líder, está dispuesta a mantener la producción elevada. El precio de un barril de crudo Brent cerró el lunes a 64,77 dólares.

“Uno de los desafíos para los estados del Golfo de los precios más bajos del petróleo es que no necesariamente pone en peligro los programas de diversificación económica, pero ciertamente los hace más difíciles”, estimó Jon Alterman, un analista senior de Oriente Medio en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.

Paradas en Qatar y EAU

Trump eligió el reino para su primera parada porque ha prometido hacer grandes inversiones en Estados Unidos, pero terminó viajando a Italia el mes pasado para el funeral del papa Francisco. Riad fue la primera parada en el extranjero de su primer mandato.

Los tres países en el itinerario del presidente —Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos— son todos lugares donde la Organización Trump, dirigida por los dos hijos mayores de Trump, está desarrollando importantes proyectos inmobiliarios. Estos incluyen una torre de gran altura en Yeda, un hotel de lujo en Dubái y un complejo de golf y villas en Qatar.

Trump intenta demostrar que su estrategia transaccional de política internacional está dando frutos, mientras enfrenta críticas de los demócratas de que su guerra arancelaria global y su enfoque hacia la guerra de Rusia en Ucrania están aislando a Estados Unidos.

Se espera que anuncie acuerdos con los tres países árabes que tocarán temas de inteligencia artificial, expansión de la cooperación energética y quizás nuevas ventas de armas a Arabia Saudí. El gobierno anunció a principios de este mes la aprobación inicial para vender 3.500 millones de dólares en misiles aire-aire para los aviones de combate saudíes.

Pero Trump llega a Oriente Medio en un momento en que sus principales aliados regionales, Israel y Arabia Saudí, no están totalmente alineados con su visión.