El gobierno del presidente Donald Trump informó el lunes que financiará parcialmente el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP por sus iniciales en inglés), después de que dos jueces determinaron que se requiere que el programa de ayuda alimentaria más grande del país se mantenga en funcionamiento.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que supervisa el SNAP, tenía planeado congelar los pagos a partir del 1 de noviembre al no poder mantener su financiamiento durante el cierre del gobierno federal. El programa brinda asistencia a cerca de uno de cada ocho estadounidenses y es una pieza fundamental en la red de seguridad social del país.
El programa cuesta más de 8.000 millones de dólares al mes a nivel nacional y el gobierno afirma que un fondo de emergencia que utilizará cuenta con 4.650 millones de dólares, suficiente para cubrir aproximadamente la mitad de los beneficios habituales.
Agotar el fondo podría abrir la puerta hacia una situación similar el próximo mes en caso de que el gobierno no reanude operaciones para entonces.
De momento se desconoce qué tanto recibirán los beneficiarios, ni qué tan rápido verán reflejado el monto en las tarjetas de débito que utilizan para comprar alimentos. Los pagos de noviembre ya se han retrasado para millones de personas.


												




















