El proceso de redistribución de los distritos electorales ha dejado un sabor amargo en muchas comunidades latinas y de otras minorías a lo largo de Estados Unidos, que esperaban que el crecimiento de su población en la última década se tradujera en poder político.

Desde Georgia y Florida hasta Arizona, Nevada y Texas, activistas hispanos han manifestado su descontento y frustración por los nuevos mapas electorales, que están en proceso de aprobarse o que ya recibieron luz verde de las legislaturas estatales, y que aseguran diluyen y quitan fuerza al voto latino.

El caso más sonado es Texas, donde se han entablado al menos cinco demandas por inconstitucionalidad, incluyendo una del Gobierno federal que acusa al estado de violar la Ley de Derecho al Voto, la cual ordena que todos los votantes dispongan de igualdad de oportunidades para participar el los procesos electorales.

La Administración del presidente Joe Biden argumenta en la querella, presentada a principios de diciembre ante una corte federal de El Paso, que durante la última década Texas ganó cuatro millones de habitantes, en su mayoría hispanos y de otras minorías, pero que los distritos electorales no reflejan esa diversidad.

LA ESPERANZA SE ESFUMA

En el condado de Dallas, una de las localidades texanas donde la población latina se disparó en la última década (40,8 %, según el Censo de 2020), esta comunidad no perdía la esperanza de que finalmente se haría con su distrito y obtendría su propia representación política.

Pero la historia se repitió y la Legislatura de Texas, controlada por los republicanos, les negó la oportunidad pese a que los números del conteo poblacional avalaban sus aspiraciones.

“Sucedió otra vez: no nos dan la oportunidad a nosotros los latinos. Para mí no es justo”, manifestó a Efe Henry Martínez Jr, un reconocido activista de Dallas que preside la Ledbetter Eagle Ford Community, organización sin fines de lucro que apoya a la comunidad hispana de la zona.

De acuerdo con el Departamento de Justicia, esta es la tercera vez en tres décadas que Texas elimina “una oportunidad electoral para latinos en el mismo distrito, pese a dictámenes de cortes que indican que han violado la ley”.

Ahora a Martínez solo le queda el consuelo de que quizá los tribunales fallen en favor de las demandas que se han entablado contra los nuevos mapas. “Si peleamos por el caso, tal vez sí se pueda. Vamos a intentar hacerlo, pero vamos a necesitar a todo el pueblo para poder hacerlo”, expresó.

Para expertos en el tema, los nuevos mapas electorales que se han trazado en muchos estados con legislaturas y gobiernos controlados por el Partido Republicano tienen la clara intención de “contrarrestar la participación” latina y afroamericana, que tradicionalmente apoya al Partido Demócrata.

“Pasamos los años ochenta y noventa tratando de empoderar a grupos que habían sido excluidos, como los latinos, y ahora vemos que se está revirtiendo el proceso y se está tratando de utilizar a los congresos estatales para rediseñar los distritos con la intención de diluir o excluir el voto latino, y desempoderar a los latinos”, dijo a Efe Miguel Tinker Salas, profesor de Estudios Latinos de Pomona College, en California.

El historiador asegura que Estados Unidos está viviendo un proceso de “restricción de la democracia” y considera esta situación “una tragedia” para un país que pretende ser un ejemplo para el resto del mundo.

“ESTRATEGIA REPUBLICANA”

Para Tinker Salas, se trata de una clara estrategia republicana para asegurar victorias en las elecciones de medio término de 2022, en las que estará en juego el Congreso, y en las presidenciales de 2024, luego de la derrota del ahora expresidente Donald Trump en los comicios de 2020.

El experto considera poco probable que la batalla en las cortes prospere pues durante el Gobierno de Trump (2017-2021) fueron nombrados muchos de los jueces que examinarán los casos de los nuevos distritos electorales.

“Los jueces son recién nombrados por la Administración Trump. Fue la otra gran estrategia de (el líder republicano en el Senado) Mitch McConnell y Trump para tratar de imponer toda una gran ola de nuevos jueces, aun cuando todavía parecía fracasar en el Congreso”, manifestó.

La Asamblea General de Georgia, controlada por los republicanos, también dio la espalda a los hispanos de comunidades donde representan más del 40 % de la población, como son las ciudades de Gainesville y Dalton, en el norte del estado.

“Como dibujaron las líneas va a hacer mucho más difícil para los latinos. Nos van a atrasar muchos años”, dijo a Efe la líder comunitaria Michelle Sánchez, integrante de la junta directiva de GA Familias Unidas, con sede en Gainesville, y coordinadora de Poder Latinx.

La ley que oficializa los nuevos mapas electorales todavía no ha sido promulgada por el gobernador de Georgia, Brian Kemp, pero ya enfrenta varias demandas por discriminación y por violar la Ley de Derecho al Voto.

“A los latinos nos están poniendo en distritos donde no somos mayoría, cuando tenemos ciertas áreas del distrito donde somos la mayoría. Cada diez años, cuando cambian los mapas, siempre hay comunidades que son marginadas, ya sea la latina, la afroamericana o la asiática”, dijo a Efe el representante estatal demócrata Pedro Marín.