Río de Janeiro vivió el martes “escenas de guerra” tras un megaoperativo policial contra el Comando Vermelho, una de las más poderosas bandas del crimen organizado en Brasil, en el que murieron al menos 64 personas y 81 fueron detenidas, en la acción más letal en la historia de la ciudad.

El operativo movilizó a unos 2.500 agentes desde la madrugada para ejecutar 100 órdenes de arresto en los populosos complejos de favelas Alemão y Penha, ubicados en uno de los sectores más pobres y violentos de Río, en la zona norte de la ciudad.

Según la Policía Civil, el objetivo del operativo, en el que también participaron miembros de la Fiscalía de Río, era detener a los cabecillas del Comando Vermelho y frenar la expansión territorial de la facción.

Las investigaciones adelantadas durante un año revelaron que el complejo de la Penha se ha convertido en una de las principales bases del proyecto expansionista de esa organización criminal y que por estar ubicada cerca de autopistas se convirtió en “un punto estratégico para el tráfico de drogas y armas”, según la Fiscalía.

De acuerdo con el último reporte oficial, entre los fallecidos hay 60 presuntos sospechosos y cuatro agentes de seguridad, mientras que al menos ocho agentes y tres civiles resultaron heridos de bala.

Las autoridades, además, decomisaron 93 fusiles de asalto y “una cantidad enorme de drogas”.

La violenta jornada ocurrió una semana antes de la visita a Brasil del príncipe Guillermo, heredero al trono del Reino Unido, quien participará en Río de la entrega del premio Earthshot, y del foro de Líderes Locales, evento previo a la cumbre climática de la ONU (COP30), que se celebrará en la ciudad amazónica de Belém en noviembre.

Intercambio de acusaciones

En una rueda de prensa con el gobernador del estado de Río, Cláudio Castro, las autoridades informaron que en el transcurso del operativo los enfrentamientos se intensificaron y los supuestos criminales utilizaron barricadas incendiarias para bloquear las vías y hasta drones con explosivos contra los agentes.

Castro aseguró que Río estuvo “completamente solo en esta guerra” y afirmó que “debería haber existido una mayor integración con las fuerzas federales”, señalando de forma indirecta al Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, respondió en una rueda de prensa que el Ejecutivo central no recibió ningún pedido para esta operación y que “la seguridad es responsabilidad de los gobernadores”.

Lewandowski lamentó la violencia del operativo, subrayó que el combate al crimen debe hacerse “con planificación e inteligencia” y mencionó que el Gobierno de Lula propuso una reforma para coordinar fuerzas federales, regionales y municipales, la cual está en análisis en el Congreso.