Misiles, bombas y aviones no tripulados rusos azotaron tres regiones de Ucrania en ataques nocturnos dirigidos, dijeron funcionarios el viernes. Moscú está llevando a cabo una campaña aérea más intensa que, según las autoridades en Kiev, requiere de más ayuda occidental para hacerle frente, en un momento de crecientes dudas sobre lo que podrían esperar del nuevo gobierno estadounidense.
Desde el inicio de la guerra hace casi tres años tras la invasión a gran escala de Rusia, el ejército del Kremlin ha utilizado repetidamente su superioridad aérea para atacar objetivos civiles en toda Ucrania. Más de 10.000 civiles ucranianos han muerto en el conflicto, según Naciones Unidas.
Una bomba planeadora de 500 kilos (unas 1.000 libras) causó grandes daños en un edificio de apartamentos de gran altura en Járkiv, la segunda ciudad más grande del país, en plena noche, explicó el gobernador de la región homónima, Oleh Syniehubov. Al menos 25 personas, entre las que había un bebé, resultaron heridas, agregó.
Las bombas planeadoras, para las que Kiev no tiene una respuesta efectiva, destruyen sus objetivos generando una potente onda expansiva y a menudo dejan un amplio cráter.