Los ataques aéreos rusos cortaron el suministro de agua y electricidad en repetidos ataques contra una ciudad ucraniana y golpearon instalaciones de energía cruciales en otras zonas del país el martes, dentro de lo que el presidente de Ucrania ha denunciado como una renovada campaña de Moscú para dejar a los ucranianos en el frío y la oscuridad, que hace que las conversaciones de paz sean imposibles.

Volodymyr Zelenskyy dijo que cerca de un tercio de las estaciones eléctricas ucranianas han sido destruidas en la última semana, “provocando apagones masivos en el país”.

“No queda espacio para las negociaciones con el régimen de Putin”, tuiteó el mandatario.

La campaña de ataques con misiles, drones y otro armamento ha abierto una nueva fase en el conflicto que comenzó hace casi ocho meses con la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, ante la inminente llegada del invierno. Incluso lejos del frente, la disponibilidad de agua, calefacción y electricidad ya no está garantizada, ya que los ataques diarios llegan hasta el interior del país y afectan a los servicios públicos, en ocasiones más rápido de lo que pueden repararse.