La ayuda a las víctimas del terremoto y tormenta tropical en Haití comenzó a llegar de forma más acelerada el jueves, aunque la arraigada pobreza, inseguridad y falta de infraestructura básica de la nación caribeña aún presentan enormes desafíos para el proceso de entregar alimentos y brindar atención médica urgente a todos los que los necesitan.
Los suministros de ayuda privada y cargamentos de parte del gobierno de Estados Unidos y otras naciones estaban arribando el jueves a la península sudoccidental del país, donde el sábado azotó un sismo de magnitud 7,2 que cobró más de 2.100 vidas. Pero la necesidad era extrema y empeoró con el paso de la tormenta tropical Grace, por lo que la frustración aumentaba entre la población por el lento ritmo de las operaciones.
Sumándose a los problemas, un importante hospital de la capital Puerto Príncipe, que recibía a heridos de la zona del sismo, cerró el jueves a causa de una manifestación de dos días en protesta por el secuestro de dos doctores, incluyendo uno de los pocos cirujanos ortopédicos de Haití.
Los secuestros significaron un duro golpe a los intentos por controlar la violencia que ha puesto en riesgo las labores de respuesta al desastre en la capital.
La Dirección de Protección Civil de Haití elevó la noche del miércoles la cifra de muertos por el sismo a 2.189, y reportó además 12.268 heridos. Se calcula que unas 300 personas continúan desaparecidas, dijo Serge Cherri, director de defensa civil de la provincia sur, que incluye a Les Cayes, una de las comunidades más dañadas por el terremoto.
Además de afectar viviendas, el sismo destruyó o provocó daños en hospitales, escuelas, oficinas e iglesias.
Estados Unidos ha desplegado varios helicópteros de carga pesada y otras aeronaves para el traslado de suministros de ayuda y personal hacia la zona del desastre, y también envió al buque USS Arlington para proporcionar capacidad médica y transporte adicional, informó el mayor general Hank Taylor a los reporteros en el Pentágono.
Uno de los helicópteros llegó el jueves a Les Cayes con equipamiento, medicamentos y voluntarios, incluyendo miembros del grupo de asistencia Samaritan’s Purse. Monte Oitker, técnico biomédico de la organización, señaló que los voluntarios estaban listos para operar una unidad médica autónoma con capacidad para realizar varios procedimientos ortopédicos.
La distribución de ayuda a las miles de personas que quedaron sin hogar será más complicada.
Cherry declaró que las autoridades esperan comenzar a despejar escombros de las casas destruidas para permitir que los residentes construyan albergues temporales.
“Será más sencillo distribuir la ayuda si las personas viven en sus direcciones en lugar de en una carpa”, declaró