El exsenador demócrata Bob Menéndez fue sentenciado este miércoles a 11 años de cárcel por su condena por usar su influencia en Washington D.C. como agente de un Gobierno extranjero (Egipto) a cambio de lingotes de oro, un auto de lujo, y cientos de miles de dólares en sobornos.
La Fiscalía había pedido 15 años de prisión para el que fuera uno de los políticos latinos más poderosos de las últimas décadas. Los abogados defensores dijeron que merecía menos de dos años de cárcel, citando décadas de servicio público y una vida, en general, bien vivida, luego de que este hijo de inmigrantes cubanos saliera de la pobreza para convertirse en “epítome del sueño americano”.
Menéndez trató de contener las lágrimas durante su discurso en la corte pidiendo clemencia previo a la sentencia del juez. “Realmente no conoces al hombre al que estás a punto de sentenciar”, dijo el exlegislador mientras describía los logros de su vida frente al juez con las manos en los bolsillos, excepto cuando se limpiaba la cara con un pañuelo desechable.
Dos empresarios de Nueva Jersey condenados por pagar sobornos al senador, Wael Hana y Fred Daibes, también enfrentan sentencia: el juez Sidney H. Stein dictó una pena de ocho años de prisión a Hana, y le impuso una multa de $1.25 millones, además de ordenarle que devolviera 125,000 dólares. Daibes fue sentenciado a siete años de prisión y recibió una multa por $1.75 millones. Previo al anuncio de la sentencia, Daibes dijo entre lágrimas que el veredicto del jurado lo había dejado “al borde del suicidio y pidió clemencia para poder cuidar de su hijo autista de 30 años. Otro empresario se declaró culpable y testificó contra Menéndez en un juicio el año pasad