Desde uno de los templos más emblemáticos para los mexicanos como es la Basílica de Guadalupe, la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó el viernes un plan nacional de desarme como parte de los esfuerzos de su gobierno para hacer frente a la violencia que golpea a vastas regiones de México.

“Estamos comprometidos con la construcción de la paz en nuestro país”, dijo Sheinbaum en un acto en la esplanada de la basílica que marcó el arranque del programa “Sí al desarme, Sí a la paz”, que será respaldado por la Iglesia católica, el ejército y las secretarías de Seguridad federal y Gobernación.

“¿De qué sirven las armas? Las armas es un símbolo de la violencia, es un símbolo de la muerte”, expresó la mandataria. Su gobierno espera promover la entrega voluntaria y anónima de armas en los atrios de los templos católicos y evangélicos a cambio de dinero en efectivo.

Para estimular el desarme, el gobierno ha previsto “incentivos en efectivo” que contemplan el pago de 1.045 pesos (unos 52 dólares) por armas artesanales útiles; 8.700 pesos (unos 435 dólares) por un revolver Magnum; 3.910 pesos (unos 195 dólares) por granadas de fusil; 25.000 pesos (unos 1.250 dólares) por un fusil AK-47, y 26.450 pesos (unos 1.322 dólares) por una ametralladora ligera y pesada, según refiere una lista que se publicó a inicios de semana en el Diario Oficial de la Federación.